26 años de Aire Libre en Rosario

La Radio Comunitaria de Rosario festeja sus primeros 26 años de Vida… te preguntás como arrancó todo? Te lo contamos


Prácticas que hacen historia

LA CUNA

Henos aquí, en esta ciudad de miserias y abundancias, de monumentos y de banderas, de rebeldes y conservas, de podridos y benditos, de río marrón y pobres corazones, de cartoneros* y acartonados, de sotanas largas, de curas y curitas*, de un millón de trabajadores y desocupados, y cien mil avivados.
Y en este barrio al oeste de la costa del río Paraná, las fabricas se cerraron y las villas se agrandaron, las putas se la bancan*, los pibes se drogan, y la policía te mata. Donde podes ver carpinteros, albañiles, mecánicos, cirujas, carretas, pibes descalzos, maestros, ranchos de lata, casas de ladrillos, cunetas* y ranas que ya casi no quedan. Donde podés escuchar cumbia, folclore, tango, chamamé, rocanrol, gritos, silbidos, pájaros, perros, tiros. Donde podes oler a guiso, a estofado y a asado, que a pesar de la malaria nunca renunciamos.
Donde los vecinos se saludan, y en la carnicería te enterás de que la Juana sale con el sodero* y la María se enganchó al murguero*.
– Yo no sé… ¿esta chica es media rara vio?
– Ay, si… ¡¡pero es tan buena!! – se escuchó decir de tras de la tira de chorizos.
– Treinta y nueve!!!… – dijo el carnicero.
– ¿Pero como?…Yo tengo el treinta y siete.
– Siempre la misma , usted…eh!… ¿que va a llevar?
– ¡¡“Lengua”, Roberto!!
Así es, señoras y señores, en este barrio la gente habla y cuando habla no hay quien la pare.
Mire como son las cosas…
– ¿lo que?
– ¡Digo que escuche!
– ¿Como?
– Shhh… ¡¡escuche!!
Cartoneros / cirujas: Señoras, señores, y chicos que salen a juntar cartones y revolver entre la basura para poder comer y sobrevivir.
Curitas: dícese del cura, sacerdote que trabaja y vive con los pobres.
Se la banca: O sea… “me pagas o te rompo le trucha” (trucha: cara, jeta, rostro)
Cuneta: Entiéndase, zanja por donde circula el agua podrida.
Sodero: Joven que sale con la Juana y reparte soda con el camión (soda: agua con gas).
Murgero: El que participa en una murga, expresión musical y cultural Uruguaya que cruzo el río de la plata, llego a la Argentina y es re-divertida.

NACE UNA RADIO

Hace más de 20 años, en la ciudad de Rosario sólo se podían escuchar 4 emisoras de radio AM, y 2 de ellas con sus respectivos servicios complementarios en FM. Dos de estos medios pertenecían (y aún pertenecen) a importantes empresarios de la zona, y los otros al estado nacional (Radio Nacional Rosario todavía sigue siendo estatal).
Por esa época, en los primeros años de la restauración de la democracia, la mayoría del pueblo teníamos un entusiasmo renovado y muchas ganas de volver a participar. Fue cuando comenzaron a organizarse centros comunitarios, comunidades de base, juntas vecinales, agrupaciones en defensa de sectores minoritarios, gremios, y demás.
En el Distrito Oeste de nuestra ciudad, varias de estas organizaciones nos convocamos para debatir la implicancia de la comunicación para el desarrollo del barrio y el papel que jugaban los medios tradicionales en este proceso.
Entre otras cosas, concluimos que estos medios no representaban los intereses de los sectores organizados, ni respondían a las necesidades de la gente ni eran fieles comunicadores de los acontecimientos, denuncias, reclamos y vivencias de nuestra comunidad.
Podemos citar un ejemplo concreto…
Para difundir una gacetilla teníamos que hacer una especie de peregrinación por todas las radios, periódicos y canales de TV, y en cada estación rogarle a los directores que saquen una pequeña publicación. En la mayoría de los casos, la respuesta era que no tenían espacio para esto, o no les interesaba, o “vuelva mañana”…
“Lo que dijeron en la radio no era lo que nosotros quisimos decir, vinieron cuando ya todo había pasado.”
Ante esta situación nos planteamos la posibilidad de crear un medio de comunicación propio, una radio comunitaria donde hubiera participación de las organizaciones del barrio, con responsabilidad en la gestión y en la programación.
Así fue nada más ni nada menos nuestro origen: Aire libre nació de la necesidad de distintas organizaciones comunitarias y vecinos de querer comunicarse.
Después de varios meses de reuniones para organizarnos y poner objetivos en común, empezamos a armar fiestas y actividades para conseguir recursos económicos, y poder comprar el equipamiento técnico. Cuando juntamos los fondos necesarios, adquirimos los primeros equipos de radio que cabían en una mesita de 1 metro cuadrado .
Hasta que llegó el día de la primera transmisión de Aire Libre…

EL PARTO

La programación inaugural estaba armada en segmentos institucionales. El domingo 20 de agosto de 1988 instalamos el transmisor en el patio de la Escuela N º 773 “Pablo Pizzurno” y, en el mástil de la bandera, la antena.
Pusimos la cuña de apertura de transmisión, las identificaciones, y el editorial de “Por qué queremos una radio comunitaria”. A continuación, la vicedirectora de la Escuela hizo lo suyo… y así fueron pasando los distintos micros de cada una de las organizaciones que participábamos en la creación de la radio. Domingo tras domingo, la antena de la radio comunitaria volvía a izarse. Por primera vez en la ciudad de Rosario se escuchaban otras voces. ¡Raro, sonaba raro! Éramos nosotros, no estábamos acostumbrados a hablar ni a escucharnos por la radio, lo cual nos puso muy contentos, queríamos hacer más y aprender más.
Y así fue. Hicimos más y aprendimos mucho más… con ganas, con alegría, con mucho trabajo, con talleres, con ladrillos, cal y arena, con participación, con democracia, con martillo y cortafierros*, con los cuadernillos de ALER, con los talleres de InCuPo, con asambleas, con más organización, con un presidente que se iba dejando todo (Alfonsín), y con otro que llegaba a entregar todo (Menem*), con más ganas, con pocas ganas, con solidaridad, con compañeros y compañeras, en redes, con otros…
Pero siempre desde acá, desde nosotros, desde el barrio, para todos y para todas, para muchos y para más…
Entonces podríamos decir que el estilo de conducción de la radio con la programación esta relacionado en gran parte con su historia.
No sabemos si hay una fórmula, pero sí una actitud y un compromiso. Las fórmulas se construyen en el camino, en la práctica, y son flexibles, se modifican y se enriquecen. A lo largo de estos 15 años la búsqueda es constante, con los ojos bien abiertos para ver en que momento esta poción necesitaba modificar las proporciones, incorporar nuevos ingredientes o cambiar el orden.
MeNeM: (Palindromo) Especie aparentemente en extinción y Greenpeace ni se mete
Cortafierros: Herramienta que sirve para picar pared y te saca callos en las manos.

LOS PRIMEROS PASOS

Al principio, la voluntad, el entusiasmo, los desafíos, algunos saberes, la salita de la escuela, las reuniones de los sábados, las comisiones de trabajo y las 4 horas de transmisión semanal, fueron los ingredientes del primer brebaje que nos permitió empezar a soñar, a creer en nosotros y a legitimar el proyecto de la comunidad en nuestro barrio, con nuestros vecinos.
¡¡¡Esta alquimia estaba buena!!! Todos bebíamos de ella, hasta que vino el Señor y dijo (el Señor Comisario de la 13): – ¿Niños pobres en una escuela en plenas vacaciones? ¡Marchaos de aquí, subversivos!!, y se quejó otro Señor (el Señor Ministro de Educación Provincial), quien envío un ultimátum a la escuela ordenando nuestro destierro.
Cargamos nuestra antena y nos fuimos… En la comarca vecina, a más o menos diez cuadras, Nuestra Señora de la Salud nos vio y dijo: – Pasad y clavad la antena aquí, señalando el techo de la parroquia.
Allí se empezó a llenar de parroquianos (obvio!), hubo más horas de transmisión, necesidad de nuevos equipos, asambleas, programación semanal. Estos fueron los nuevos ingredientes que había que sumarle a la fórmula.
Ahora era necesario pensar en que orden ubicarlo, dimensionar las proporciones y cargarla de sentido. ¿Cómo? ¿Con qué?. Las asambleas había que organizarlas y lograr al menos una propuesta y un resultado.
Mucha asamblea, mucha charla, pero al final qué sacamos en concreto, eh,?
¡¡¡Esto no sirve para nada!!!, decíamos algunos
La pucha que servia. Servia para aprender, aprender en la diversidad, aprender a conocernos, a respetarnos, a decir, a proponer, a mediar, a organizarnos, a dar la palabra, a usar la palabra.
Seguimos ampliando la programación, elaboramos más programas, algunos buenos, malos, aburridos, improvisados, producidos…
¿Capacitarnos o no capacitarnos?… Esa no era la cuestión, nadie negaba que había que aprender, la cosa era cómo. Pensamos en talleres, charlas, creando y evaluando, participando en encuentros de radios comunitarias, conociendo otras experiencias…
En un comienzo fue una plaqueta, varios transistores, algunos cables, un micrófono y un tocadiscos. Estos elementos fueron suficientes para difundir y contagiar una idea, varias cosas y sueños por hacer realidad. Pero el brebaje seguía haciendo efecto, y seguíamos soñando, soñábamos con más, soñábamos con todos. Entonces sucedió que la Señora , Nuestra Señora de la Salud , nos dijo: – Así como les digo una cosa les digo otra… es hora de volar (pero en el buen sentido), o sea… este proyecto debe trascender e independizarse, no sois una radio católica, para católicos ustedes sueñan con todos y eso es bueno…
Así, volvimos a cargar nuestra antena y continuamos la peregrinación, en casas de vecinos. Pero esta vez con una nueva meta (el brebaje pegaba fuerte): Tener nuestra propia probeta… ehhh… digo, nuestra propia casa.
Que no era lo mismo que soplar y hacer probetas. Menos mal que en el mejunje estábamos todos y todas, los productores, los técnicos los coordinadores, los que sabían y los que no sabían, los que venían y los que se habían ido.
“Imaginate si la formula hubiera sido preparada por uno solo o por unos pocos… ¿me querés decir como carajo hubiéramos hecho para hacer todo lo que hicimos???… casa, radio, estudio de grabación, Biblioteca popular, centro tecnológico, talleres, espacio cultural… No sabemos en cuál de los preparados, pero en algunos de ellos le metimos algunas gotas de no sabemos qué… que dos por tres nos hace volver a soñar, y volver a poder.
– Poder … dijo?
– Si, vea…