Democracia, derechos y pandemia: pasar a una solidaridad política que ponga en el centro la vida

La COVID-19 ha puesto a prueba a sociedades, gobiernos, comunidades y a las organizaciones ciudadanas y populares del mundo y particularmente ha constituido una prueba de fuego para los sectores excluidos y empobrecidos de nuestra América Latina y el Caribe.

El webiradio fue un espacio de discusión organizado por CEAAL y ALER para debatir cómo actuamos frente a las consecuencias de esta pandemia en las democracias y los derechos Humanos en nuestro continente. En esta oportunidad experiencias desde Brasil, Colombia, Cuba, Haití y Honduras.

Llanisca Lugo de Cuba, del Centro Martin Luther King, dijo que la pandemia mostró la cara oculta del sistema capitalista y el liberalismo: “Estamos en un momento de reflexionar qué gobiernos pusieron la vida en primer lugar, y quiénes hay priorizado otros intereses. La indignación tiene que pasar a la organización, sino será peor ese futuro de lo que conocemos. Tenemos que aprovechar el momento para cambiar la lógica depredadora”.

Llanisca dijo que Cuba vive distintos desafíos: “El bloqueo criminal de EEUU a Cuba que lleva 60 años es uno de los desafíos ¡En la actual pandemia el bloqueo ha llegado a prohibir la venta de respiradores! Otro desafío es la producción de alimentos por los límites que nuestro propio país tiene para producir lo que necesitamos. Pensamos cómo descentralizar la producción y ser capaces de generar otros alimentos necesarios. Otro desafío es colocar el paradigma de cuidado en primer nivel: Hoy 3 de junio quiero extender un gran abrazo a las compañeras que luchan en todo el continente. Y el desafío ambiental ya que no puede ser que vayamos a buscar ahora un crecimiento que desconozca el ambiente y los derechos de los trabajadores”.

Marta Isabel Gómez de Colombia de La Esquina Radio, contó que las comunidades dicen: “Queremos amanecer y anochecer vivos”. “Quienes están en mayor riesgo son los líderes campesinos que están trabajan en el remplazo de la coca por otros emprendimientos económicos (…) ser líder social es un ejercicio de alto riesgo”, dijo.

Marta comentó que desde 2016 con el acuerdo de Paz y se han asesinado 800 líderes sociales en Colombia. Quienes están en riesgo son líderes que luchan por la restitución de tierras, indígenas y afrodescendientes, que con la pandemia tienen mayor riesgo de ser asesinados.

Desde Honduras, Gustavo Cardoza, de Radio Progreso y el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación ERIC señaló que “la pandemia vino a seguir evidenciando todas las crisis que vivimos en los últimos 10 años. Hemos vivido una situación social con altos niveles de asesinatos, ocupando los primeros 5 lugares de los países más violentos del continente”.  .

Por su lado, Jean Jores Pierre de Haití de la Plataforma Haitiana de Promoción de Desarrollo Alternativo, expresó: “Nuestro país está ocupado desde 2004 por fuerzas militares de la ONU. Estas fuerzas son responsables del asesinato de 10 mil haitianos. Hubo un cierre de fronteras y el gobierno no tiene recursos necesarios para afrontar el aislamiento. La informalidad del trabajo hace que la mayoría de las personas tenga que salir a trabajar para conseguir alimento. El gobierno no tuvo herramientas para asistir a esos trabajadores. El gobierno sólo tiene como respuesta al COVID 19 la represión”.

Con respecto a la educación Jean dijo: “El presidente no ha hablado cómo va a seguir el año lectivo y demuestra un desprecio por los niños que no están yendo a la escuela. Es muy difícil continuar con la modalidad virtual porque sólo el 25% de familias haitianas tienen acceso a internet y sólo 30% tienen acceso a la electricidad”.

Desde el Instituto de Estudios Socioeconómicos INESC de Brasil, José Antonio Moroni, señaló que el gobierno brasilero es un gobierno fascista, que no respeta la democracia y no dio respuesta al COVID 19. La pandemia mostró de manera muy fuerte la desigualdad: “Los que se pueden cuidar y quedaren casa con comida, y quienes no pueden cuidarse porque tienen que salir a buscar para comer, que en la gran mayoría son mujeres”.

“Bolsonaro puso en primer lugar la economía y ahora ni siquiera se cuenta con un ministerio de salud”, afirmó y agregó: “El Gobierno Federal está constituido por 3 mil militares y tiene como estrategia política instalar un proceso autoritario en el país. Desde el principio el presidente dijo que sólo era una gripe y no tuvo solidaridad con las familias de los muertos, en ningún momento se solidarizó con las familias”.

El discurso de Bolsonaro  incentiva la violencia, idolatra la muerte -todas las palabras tienen que ver con la muerte del enemigo-, donde el enemigo son las personas que piensan diferentes. Ese discurso está pasando a la policía y promueve la formación de milicias en las ciudades y las zonas rurales. En éste tiempo de pandemia los militares tienen vía libre para entrar en las comunidades, expulsar y matar”, expresó José Antonio.

Por dónde camina la esperanza

Llanisca desde Cuba dijo que hay que “articular las izquierdas en Latinoamérica para ejercer la democracia”. Desde Honduras, Gustavo expresó que “los destrozos y el llanto que han provocado la pandemia nos tiene que ayudar a generar nuevas condiciones para avanzar como pueblos latinoamericanos”. Marta de La Esquina Radio de Colombia destacó la importancia y la urgencia de tener radios que sean las voces de nuestros territorios y repasó las acciones en el marco de la pandemia que busca la organización popular y la participación que van desde la campaña “derecho a extrañar” donde se realizan cartas radiales, hasta los informativos que unen las necesidades del pueblo con las autoridades.

José Antonio desde Brasil señaló la necesidad de pasar de una “solidaridad caritativa y religiosa a una solidaridad política” para defender las democracias frágiles y limitadas del continente.

Tiene que haber un cambio de sistema para poder crear, inventar otro Estado que tenga en cuenta las reivindicaciones populares”, reflexionó Jean Jores desde Haití. “Hicimos spots que estamos pasando en una red de radios comunitarias para concientizar sobre la gravedad de la pandemia. La población no tiene confianza en el gobierno, y cuando habla un ministro la población no le cree, son autoridades sin legitimidad”, indicó.

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