enREDando (27-10-11)

40 millones de voces
En octubre se cumplieron dos años de la sanción de la nueva ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, una sólida herramienta elaborada durante años por más de 400 organizaciones de todo el país. La ley 26.522 abre la posibilidad histórica de construir una comunicación democrática, diversa y federal. En diálogo con enREDando, Diego Jaimes, comunicador popular de FM La Posta y referente de Farco, nos habla del desafío de llenar con contenidos propios ese 33% del espectro destinado al sector social. ¿Se avanzó con las políticas públicas en este sentido?

En la madrugada del 10 de octubre de 2009, luego de casi 16 horas de debate, en el Congreso de la Nación se votaba mayoritariamente la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA), con 44 votos a favor y 24 en contra. La histórica conquista, popular, política y democrática llevó más de un cuarto de siglo.

Durante 26 años de democracia, el sistema de radiodifusión argentino estuvo regulado por un decreto de ley sancionado por la dictadura genocida de Videla. Con la aprobación de la Ley se logró una conquista de la que quizás aún no tengamos una completa dimensión.

Se avanzó nada menos que en el camino de la democratización de la palabra. De la liberación de los sentidos. En la apertura de un escenario comunicacional inclusivo que involucra a todos los actores y sectores: privados, públicos y sin fines de lucro.

Concebir y reconocer a la comunicación como un derecho humano supone un nuevo modelo comunicacional que trae consigo la posibilidad de un cambio cultural. Habilita otros enunciados, una nueva trama de relaciones superadoras del esquema concentrado de medios.

Nada nuevo diremos al observar que la monopolización va en detrimento de la democracia, de la expesión y del acceso a los conocimientos. Cuando unos pocos poderosos hablan y el resto escucha, estamos en problemas.

Antes de la conformación de la Coalición por una Radiodifusión Democrática, desde 1983 a 2009, hubo 73 iniciativas de leyes de medios que no se concretaron. El proyecto que finalmente tuvo cauce en el Congreso, a partir de la decisión política del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner de reemplazar definitivamente la ley de la dictadura, antes de ingresar al parlamento fue debatido en foros realizados en todo el país, incluyendo los 21 puntos elaborados por la Coalición. Luego, en la cámara de Diputados recibió más de cien modificaciones.

La Ley de SCA fue reconocida por el relator especial de la ONU como un ejemplo en cuanto a sus contenidos y la participación social que se dio en el proceso de discusión; y como un gran paso por la relatora especial de la OEA. Asimismo, sigue levantando polvareda por parte de los pulpos mediáticos que, acá y en todo el mundo, dan batalla para seguir teniendo el control sobre lo que la población ve, lee, escucha o deja de ver. La lucha por el sentido.

Medidas cautelares
Algunas de las corporaciones que desde hace décadas manejan el 80% de los contenidos audiovisuales en la Argentina han encontrado figuras legales para evadir el cumplimiento del nuevo marco regulatorio: las medidas cautelares. Actualmente dos medidas, interpuestas por el grupo Clarín, recaen sobre los artículos 161 y 30. Ambos están suspendidos hasta tanto haya una resolución judicial, lo cual no afecta el funcionamiento y aplicación de la normativa en su conjunto.

El artículo 161 establece un plazo para la adecuación de las empresas que están excedidas en la cantidad de medios que manejan. Por otro lado, la misma corporación presentó un reclamo sobre el artículo 30, para que las cooperativas (sector sin fines de lucro) no puedan ser licenciatarias de televisión.

Medios y contenidos propios
La división del espectro radiofónico -patrimonio de la humanidad- en partes iguales entre el sector público, privado y sin fines de lucro /social, en un 33 por ciento respectivamente, implica el acceso ecuánime a la comunicación. Generar esos contenidos es a su vez un desafío para el sector social.

Diego Jaimes, comunicador de FM La Posta (medio de la organización cultural Culebrón Timbal) y referente del Foro Argentino de Radios Comunitarias (Farco), en diálogo con enREDando nos ayuda a pensar sobre el tema. ¿Se avanzó con las políticas públicas de comunicación?

“El Estado es el responsable de garantizar el derecho a la comunicación, por lo tanto hay que demandarle y exigirle que ponga en marcha todas las herramientas políticas para fortalecer desde los recursos y el financiamiento a los nuevos actores de la comunicación.

La ley plantea un fondo de fomento para medios de pueblos originarios, comunitarios, escolares, de sectores que vienen un poco más atrás en cuanto a la capacidad financiera, que todavía no se puso en marcha. Nosotros venimos exigiendo que eso se haga porque creemos que se pueden financiar muchos proyectos que ya existen o nuevos, ese es uno de los primeros pasos que desde una política pública de comunicación se deberían poner en marcha y que todavía no se dio.

Sin embargo, también creemos en la autogestión y en la capacidad de generar recursos propios y que no todo el financiamiento y el equipamiento, incluso la capacitación tiene que venir del Estado. Nosotros mismos somos capaces de generar espacios de formación, de generar proyectos, somos responsables también de nuestra propia formación, que es un acto político”.

e: También es un desafío lograr una mirada propia, local y barrial a la hora de producir contenidos…

D.J: “Lo más fácil es repetir una fórmula que más o menos funciona, la manera en la que habla un locutor, cuando se hace la artística de la radio o los efectos de sonido, parece que se tienen que parecer a los de las radios comerciales. Por eso hay que crear una estética nueva, propia, que represente la identidad de todos los sectores que hoy están marginados de la comunicación.

Hay que trabajar en alianza con los medios radiales y televisivos públicos también, que vienen empezando a instalar como otra forma de producir (Encuentro; Paka Paka; algunas cosas de Canal 7, que hace unos años eso era impensado). La gente se va apropiando de estas otras maneras.

Hasta ahora está explotado el documental, el informativo, pero hay que meterse en cosas como el entretenimiento, los programas más cotidianos, las telenovelas, donde también hay avances importantes pero hay que disputar todo para que la gente pueda elegir entre distintas variantes. Lo que hagamos desde los medios comunitarios y públicos queremos que sea igual o mejor, tan entretenido o más que lo que proponen los medios dominantes en ese campo.

Son dominantes también porque muchas cosas las hacen bien, uno se engancha a verlos porque cuentan historias que tienen que ver con la gente, con los cuales se siente identificados. No digo que vamos a hacer un Tinelli popular (porque tiene características que no serían aplicables) pero sí tenemos que encontrar la forma de que cualquier persona común se identifique con lo que propongamos. Para eso hacen falta equipos con personas formadas, con experiencia, que cobren por su laburo, esa pelota se va echando a rodar de a poco. No es de un día para el otro.

La televisión comercial tiene 60 años, instaló una manera de hacer y de mirar televisión. Lo mismo pasa con la radio que tiene varios años más, todas esas formas de ser oyente y televidente hay que ir adecuándolas a estos nuevos tiempos. Una ley no hace que de un año para el otro se modifique, ni en 2 o 3, quizás lleva 10. Tenemos que sostenerlo, tenemos todo como para que la cosa vaya para ese lado”.

Espacios de formación
En el marco de la nueva ley, desde el Estado Nacional, a través del Ministerio de Trabajo y la Secretaría de Cultura de la Nación se impulsaron cursos de formación en comunicación popular, que fueron desarrollados a través de comunicadores y radios comunitarias adheridas a Farco.

Diego Jaimes es uno de los coordinadores de los talleres que se realizaron en cinco centros de capacitación del país: Córdoba, Viedma, Santiago del Estero, ciudad de Buenos Aires y Rosario. Más de cien personas terminaron los cursos que tienen aval oficial.

“Los cursos sobre todo estuvieron apuntados a personas sin empleo, desocupadas, para que pudieran encontrar en la radio, en la comunicación una herramienta certificada para después buscar un laburo y tener más posibilidades. Entre mayo y septiembre por los centros pasaron unas 100, 120 personas que lo empezaron y terminaron. Los formadores fueron los mismos compañeros de las radios, operadores, técnicos, programadores. El resultado fue muy bueno.

Particularmente tratamos de que esto pueda tener que ver con poder ocupar el 33% destinado por la Ley para los medios comunitarios, necesitamos gente para cubrir eso. A través de estos cursos, haciendo prácticas de tipo pasantía, generando otras instancias de formación, pensamos que estamos aportando a que el sector de la comunicación sin fines de lucro se pueda fortalecer con capacidades y habilidades, y con una mirada desde la comunicación popular, que no es solamente apretar botones y que salga la música sino que eso haga a un aporte a la comunidad, al desarrollo del barrio, de la ciudad.

Buscamos que tenga otra estética diferente a los medios que conocemos, que mejore la organización de lo que es una radio comunitaria y que aporte, sobre todo a que la vida en ese lugar pueda mejorar, pueda cambiar. Entonces, los invitamos a participar en esa línea”, nos explica Diego más que satisfecho por la experiencia vivida, que tendrá continuidad el año próximo.

Además de los talleres de operación y edición de radio, en 2012 agregarán el de producción artística y producción periodística. Si sale todo bien habrá 10 centros de formación en todo el país y 3 cursos por cada centro, sumando opciones concretas dentro de la comunicación popular y comunitaria.

e: La Coordinadora en Defensa de la Comunicación Comunitaria, Alternativa y Popular viene sosteniendo reclamos por la falta de reconocimiento de estos medios y la aplicación de la Ley (*). ¿Qué posición tienen al respecto?

D.J: “Nosotros no formamos parte de esa coordinadora. Hay reclamos que tienen que ver con el proceso de implementación de la ley, que lleva tiempo. Uno quizás, por estar más cerca de los lugares donde se toman decisiones, por participar como Farco del Consejo Federal, sabemos que muchas cosas se van haciendo y no salen a la luz, tampoco salen tan rápido.

Las licencias obviamente nos la tiene que dar el Estado, sin embargo muchos transmitimos durante mucho tiempo desde la legitimidad y no en la legalidad, pero hay otra parte que nos toca a nosotros que es ser actores válidos en las comunidades en las que estamos. Me parece que no siempre hay un reclamo acorde a esa legitimidad y a esa presencia social que tenemos, que muchas veces es muy poca.

Los reclamos tienen que ser permanentes, de hecho, desde las radios comunitarias fueron 20 años de pelea hasta que obtuvimos la Ley. Yo lo que veo en esos reclamos es que hay una especie de preocupación porque la ley efectivamente se cumpla, como que haya aspectos relacionados con los medios comunitarios que no se cumplan. Me parece que es un poco apresurado decir eso. Reclaman que deberían tener una consideración especial por ser comunitarias, me parece que ese lugar no te lo da nadie, ese lugar te lo tenés que ganar vos, y como actor tenés que ser reconocido por tu laburo y por tu militancia, y tenés que pelear un montón.

Los actores sociales de la comunicación (con o sin fines de lucro) se construyeron en el tiempo y están en un lugar por algo. Hay cosas que reclaman, que no se están cumpliendo y que las compartimos, pero bueno, estamos en el proceso de implementación. Nosotros preferimos acompañar este proceso de implementación y no ponernos afuera a reclamar porque todavía no se hizo”.


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