Preocupación en la provincia de Buenos Aires por las fumigaciones con agrotóxicos
Los efectos sobre la salud que provocan las fumigaciones con agrotóxicos son motivo de preocupación en gran parte de la provincia de Buenos Aires. Recientemente en la ciudad de Junín, distintas organizaciones de vecinos lanzaron la campaña Paren de Fumigar Buenos Aires, tal cómo se realiza en otras zonas del país. En declaraciones a Radio AMCIPA emitidas en el noticiero nacional del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO), el abogado Juan Ignacio Pereyra expresó que “la campaña tiene por objetivo primero informar los riesgos que hay de exponernos a los agroquímicos y proponer modalidades de producción que tengan que ver con una forma de producir más sana”.
Consultada por la emisora de Junín, la diputada nacional del bloque Gen Virginia Linares aseguró que “nosotros lo que pedimos es una regulación nacional porque sabemos que en algunas provincias se controla y en otras no”. De conseguirse “el fumigador lo que va a tener que hacer es un plan de acción, indicar cuál es la tecnología que va a utilizar, cuál es el agrotóxico, cuál es la dilución, de qué manera se va a dispersar, de qué manera metodológica y tecnológica”, explicó.
Por su parte el presidente de la Sociedad Rural de Junín, Rodrigo Esponda dijo a Radio AMCIPA para Informativo FARCO que “no me gusta el término agrotóxico, me parece que es muy feo” y argumentó que se trata de “tecnologías que hoy en día están a disposición para que la producción agropecuaria haya crecido en el volumen que creció”. El dirigente empresarial opinó que “bien usadas son herramientas muy importantes para el país pero también estamos convencidos que no es ni agua mineral ni agua bendita, que son productos tóxicos”.
El abogado Juan Ignacio Pereyra relató que el “uso de herbicidas es un modelo económico que no beneficia a la comunidad entera, es un sistema que requiere mucha tierra, muchísima agua y muchísimo químico”. Además explicó que “quien hace el negocio redondo redondo no es el chacarero. El chacarero hace un negocio cómodo porque hoy por hoy un dueño de un campo de 200 o 300 hectáreas no lo trabaja, se acabó. Buscan un contratista y ese contratista lo trabaja y van a una renta. Hoy son rentistas”.
Reporte de Matías Canzonetta, Radio AMCIPA de Junín
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