Las campesinas e indígenas wichí ocuparon el terreno el pasado sábado en los barrios San Martín y San Cayetano en la localidad de Ingeniero Juárez. Según pudo saber este diario, las personas podrían ser desalojadas en las próximas horas, ya que desde anoche, se apostaron en el lugar un grupo de alrededor de veinte policías quienes intentaron sacarlos por la fuerza, y que luego de varios incidentes el desalojo no pudo producirse.

El abogado Daniel Cabrera, del Servicio Jurídico de Pueblos Indígenas (SERVIJUPI) advirtió que “esto puede ser una nueva Primavera, porque la gente no está dispuesta a dejar sus viviendas y la violencia de las amenazas de anoche nos hace temer un desalojo violento”, según informó al Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) laRed Agroforestal Chaco Argentina (REDAF). La responsable de Comunicaciones de la REDAF y corresponsal FARCO Patricia Valdivia relató que “son viviendas que construyó el Instituto Provincial de la Vivienda de Formosa, viviendas que están desocupadas y sin habitar hace más de 18 años. Por eso ante la necesidad estas familias campesinas y originarias las ocuparon este sábado”. Además contó que “varias de estas viviendas están ocupadas por funcionarios policiales, por algunos médicos, que no son los destinatarios de estas viviendas y sin embargo en todo este tiempo nunca se los conminó a desalojarlas. Sin embargo a las familias que están desde el sábado sí y con violencia”. En ese sentido dijo que las familias también “recibieron amenazas telefónicas, así que se encuentran bastante preocupados por lo que pueda llegar a suceder”. Desde la REDAF informaron que “esta mañana se registró movimiento de policía antimotines, por lo que las familias temen que se realice un desalojo en las próximas horas”. Según informó esa organización, el abogado del SERVIJUPI, Daniel Cabrera explicó que “son 60 viviendas en San Cayetano y cerca de 50 en San Martín, que nunca fueron entregadas a la gente que las necesitaba”. Además alertó que “ya sabemos cómo actúa la policía de Formosa, y la situación es preocupante porque las familias no están dispuestas a dejar el lugar. Necesitamos que esto se haga público porque esa es la única forma de evitar que haya más violencia y más muerte”.

Publicado en Ipodagua